Periodista. A raíz de estudiar el fenómeno Chick Lit, nos responde algunas preguntas sobre la literatura para chicas.
HHS: Actualmente hay una gran tendencia a la literatura “chick lit”, ¿De qué manera se refleja ésta en la sociedad?
M. Eugenia Sidote: El género chik lit (llamado así por la abreviatura de “chicken literature”o “literatura para pollitas”), es más bien un reflejo de las sociedades modernas y cosmopolitas en la que hoy tiene cada vez más lugar. Como su nombre lo indica, se trata de un género destinado a mujeres jóvenes, profesionales e independientes, que se cuestionan la tradicional “novela rosa” en la cual las heroínas –chicas dulces, buenas, perfectas y sin profesiones conocidas– eran rescatadas por príncipes azules, gracias a los cuales dejaban atrás una vida gris y llena de sufirmiento. Hoy, las chicas chick lit, tienen una existencia llena de actividades y desafíos, de amigas y diversiones, y de algún modo no sienten la misma necesidad de ser “rescatadas” que imperaba tiempo atrás. Por esa razón, las anti-heroínas de este nuevo género representan mejor el universo femenino actual: son mujeres con defectos e imperfecciones (uno de los temas recurrentes es el de los kilos demás) y cuestionamientos existenciales a montones. ¡Eso no existía en las novelas románticas! Obviamente que el tema del amor está, pero de otra manera: en estas nuevas historias hay hombres que histeriquean, tipos que nunca llaman y novios y maridos imperfectos, que no pueden rescatarse ni a ellos mismos. Y eso tiene mucha llegada en las lectoras, sencillamente, porque habla de mujeres más reales y de esa manera todas podemos sentirnos de algún modo retratadas.
HHS: ¿A qué público apunta esta literatura?
M.E.S: En general, está destinada a lectoras jóvenes, de entre 20 y 45 años aproximadamente, en su mayoría profesionales o con trabajos equiparables a aquellos que desempeñan los hombres y que les dan cierto poder adquisitivo y capacidad de consumo. Por eso, son mujeres que no necesitan un hombre que las mantenga. Son autosuficientes, están a la moda, salen a cenar con
amigas y su sueño no es sólo formar una familia, sino también –y sobre todo– triunfar en la profesión y encontrar un buen amor, un compañero de ruta, y no un marido sólo para conformar una mirada social.
HHS: ¿Por qué cree que las mujeres consumen este tipo de literatura?
M.E.S: Básicamente porque creo que se sienten reflejadas con las idas y vueltas de sus protagonistas: Bridget Jones, Carrie Bradshaw y tantas otras; mujeres que cuentan sus aciertos y desventuras desde el humor, con una mirada irónica. Esa es la clave de este tipo de literatura: el tono humorístico genera una identificación instantánea con esas situaciones tan femeninas como chequear que el teléfono tenga tono cuando esperamos “esa” llamada que nunca llega, o quedarnos el sábado a la noche viendo una película romántica por cable y comiendo toneladas de chocolate porque nadie nos invitó a salir. Por momentos, aunque pueda parecer superficial, el relato suele ser efectivo y se convierte en una forma entretenida de matar el tiempo.
HHS: ¿Por qué se sienten identificadas con la misma? ¿Qué es lo que las identifica con esa lectura y no con otra?
M.E.S: La identificación está dada por todas esas situaciones que atraviesan cada una de las historias, momentos claramente femeninos que, quienes más, quienes menos, todas atravesamos alguna vez. La celulitis, los kilos demás, las citas a ciegas, los embrollos afectivos, las dudas entre elegir un tipo de hombre u otro, los padres que nos quieren ver casadas y nos preguntan cuándo vamos a sentar cabeza y tener hijos… Nada identifica más a las mujeres que ver que otras mujeres, no importa si viven en Buenos Aires o en Nueva York, pasan por lo mismo. Porque al final, todas reímos y lloramos más o menos por las mismas cosas, desde el elevadísimo número que nos muestra la balanza, hasta que el muchacho no nos llamó.
HHS: ¿Cuál es el libro que más se vende?
M.E.S: Desde que el género salió al mercado, sin duda los más vendidos fueron Sexo en Nueva York, de Candace Bushnell y El diario de Bridget Jones, de Helen Fielding, ambos llevados al cine y a la televisión con gran éxito. Actualmente, también Locas por las compras logró un importante récord de ventas y se convirtió en filme. Por esa razón, importantes editoriales como sudamericana y Planeta convocaron a escritoras argentinas para darle al género un tono máslocal. Hoy hay varias chicas chick lit autóctonas: Marina Macome, Julia Larotonda, Viviana Kahn… autoras que supieron aprovechar un buen nicho comercial que andaba vacante.
HHS: Los temas que narra cada libro en particular, ¿Se asimilan o son distintos?
M.E.S: Aunque cada libro aborda distintas historias, la mayoría tiene un eje común: una protagonista va entrelazando distintas situaciones, entre las que aparecen novios, amantes, trabajos, amigas un poco locas y muchos malos entendidos. En casi todos, además, aparece el consumo, las dietas y los sueños y deseos que, a la larga, se concretan porque obviamente, aunque intenten diferenciarse de la novela rosa, tienen el mismo objetivo: el final feliz.
M. Eugenia Sidote: El género chik lit (llamado así por la abreviatura de “chicken literature”o “literatura para pollitas”), es más bien un reflejo de las sociedades modernas y cosmopolitas en la que hoy tiene cada vez más lugar. Como su nombre lo indica, se trata de un género destinado a mujeres jóvenes, profesionales e independientes, que se cuestionan la tradicional “novela rosa” en la cual las heroínas –chicas dulces, buenas, perfectas y sin profesiones conocidas– eran rescatadas por príncipes azules, gracias a los cuales dejaban atrás una vida gris y llena de sufirmiento. Hoy, las chicas chick lit, tienen una existencia llena de actividades y desafíos, de amigas y diversiones, y de algún modo no sienten la misma necesidad de ser “rescatadas” que imperaba tiempo atrás. Por esa razón, las anti-heroínas de este nuevo género representan mejor el universo femenino actual: son mujeres con defectos e imperfecciones (uno de los temas recurrentes es el de los kilos demás) y cuestionamientos existenciales a montones. ¡Eso no existía en las novelas románticas! Obviamente que el tema del amor está, pero de otra manera: en estas nuevas historias hay hombres que histeriquean, tipos que nunca llaman y novios y maridos imperfectos, que no pueden rescatarse ni a ellos mismos. Y eso tiene mucha llegada en las lectoras, sencillamente, porque habla de mujeres más reales y de esa manera todas podemos sentirnos de algún modo retratadas.
HHS: ¿A qué público apunta esta literatura?
M.E.S: En general, está destinada a lectoras jóvenes, de entre 20 y 45 años aproximadamente, en su mayoría profesionales o con trabajos equiparables a aquellos que desempeñan los hombres y que les dan cierto poder adquisitivo y capacidad de consumo. Por eso, son mujeres que no necesitan un hombre que las mantenga. Son autosuficientes, están a la moda, salen a cenar con
amigas y su sueño no es sólo formar una familia, sino también –y sobre todo– triunfar en la profesión y encontrar un buen amor, un compañero de ruta, y no un marido sólo para conformar una mirada social.
HHS: ¿Por qué cree que las mujeres consumen este tipo de literatura?
M.E.S: Básicamente porque creo que se sienten reflejadas con las idas y vueltas de sus protagonistas: Bridget Jones, Carrie Bradshaw y tantas otras; mujeres que cuentan sus aciertos y desventuras desde el humor, con una mirada irónica. Esa es la clave de este tipo de literatura: el tono humorístico genera una identificación instantánea con esas situaciones tan femeninas como chequear que el teléfono tenga tono cuando esperamos “esa” llamada que nunca llega, o quedarnos el sábado a la noche viendo una película romántica por cable y comiendo toneladas de chocolate porque nadie nos invitó a salir. Por momentos, aunque pueda parecer superficial, el relato suele ser efectivo y se convierte en una forma entretenida de matar el tiempo.
HHS: ¿Por qué se sienten identificadas con la misma? ¿Qué es lo que las identifica con esa lectura y no con otra?
M.E.S: La identificación está dada por todas esas situaciones que atraviesan cada una de las historias, momentos claramente femeninos que, quienes más, quienes menos, todas atravesamos alguna vez. La celulitis, los kilos demás, las citas a ciegas, los embrollos afectivos, las dudas entre elegir un tipo de hombre u otro, los padres que nos quieren ver casadas y nos preguntan cuándo vamos a sentar cabeza y tener hijos… Nada identifica más a las mujeres que ver que otras mujeres, no importa si viven en Buenos Aires o en Nueva York, pasan por lo mismo. Porque al final, todas reímos y lloramos más o menos por las mismas cosas, desde el elevadísimo número que nos muestra la balanza, hasta que el muchacho no nos llamó.
HHS: ¿Cuál es el libro que más se vende?
M.E.S: Desde que el género salió al mercado, sin duda los más vendidos fueron Sexo en Nueva York, de Candace Bushnell y El diario de Bridget Jones, de Helen Fielding, ambos llevados al cine y a la televisión con gran éxito. Actualmente, también Locas por las compras logró un importante récord de ventas y se convirtió en filme. Por esa razón, importantes editoriales como sudamericana y Planeta convocaron a escritoras argentinas para darle al género un tono máslocal. Hoy hay varias chicas chick lit autóctonas: Marina Macome, Julia Larotonda, Viviana Kahn… autoras que supieron aprovechar un buen nicho comercial que andaba vacante.
HHS: Los temas que narra cada libro en particular, ¿Se asimilan o son distintos?
M.E.S: Aunque cada libro aborda distintas historias, la mayoría tiene un eje común: una protagonista va entrelazando distintas situaciones, entre las que aparecen novios, amantes, trabajos, amigas un poco locas y muchos malos entendidos. En casi todos, además, aparece el consumo, las dietas y los sueños y deseos que, a la larga, se concretan porque obviamente, aunque intenten diferenciarse de la novela rosa, tienen el mismo objetivo: el final feliz.
HHS: ¿En qué época se consume más este tipo de lectura?
M.E.S: Yo diría que es una buena lectura de verano, porque es liviana, llevadera y rápida. Habitualmente, se puede “devorar” este tipo de libros en un par de días, porque propone una estructura ágil y un lenguaje sencillo. Pero no estoy segura que haya un momento ideal para adentrarse en el género.
HHS: ¿Cuándo fue que incrementaron las ventas de este tipo de literatura?
M.E.S: El chick lit es furor en el mundo desde los años ´90, pero no fue hasta fines de la década pasada y principios de la actual que comenzó a calar hondo en Argentina. Actualmente, se convirtió en una especie de culto a través de gags y chistes, basados en escenas y diálogos de los libros o películas basados en ellos.
HHS: ¿Crees que la serie “Sex & the City” tuvo que ver con el surgimiento de esta nueva literatura?
M.E.S: Sin duda. Hay un antes y después de la serie, que impactó mucho más aún que el propio libro, dado la masividad que permite la televisión. A través de una protagonista como Carrie Bradshaw, una neoyorkina llena de glamour y rodeada de amigas y hombres inquietantes, el género se instaló como un estilo de moda y de vida. De todos modos hay que decir que existen autoras previas, aunque no tan conocidas como la de el libro que dio nombre a la serie. DorothyParker, por ejemplo, escribió allá por los años ´20 historias que podrían tranquilamente ser la antesala del género chick lit tal cual lo conocemos hoy. Ella fue la primera que se rió de esas cosas que nos pasan a todas las mujeres y las retrató en relatos breves increíbles, y escritos con mucha mejor pluma que mucha de sus herederas.
HHS: ¿Cómo definirías vos el “chick lit”?
M.E.S: Me parece que es la respuesta editorial y sobre todo comercial a una necesidad de estos tiempos: las mujeres modernas ya no encuadrábamos en estereotipos de doncellas y princesas de cuentos de hadas, o Cenicientas salidas del bajo mundo capaces de triunfar en la vida sólo por obra y gracia de una ayudita masculina. Hoy, en general, las mujeres nos autoabatecemos, salimos a trabajar, demoramos la convivencia (¡y mucho más el casamiento!) y vamos pateando hacia delante la llegada de los hijos. Por esa razón, y porque ganamos nuestro propio dinero y podemos comprar este tipo de libros, es que podemos darnos el gusto de leer aquellas historias que nos reflejan y a la vez resultan divertidas. Pero, en mi opinión, algunos de estos libros son sólo un pasatiempo entretenido, aunque sin demasiada profundidad. Lo importante es no confundir literaturas: el chick lit no tiene nada que hacer al lado de los clásicos de todos los tiempos, esos libros cuyas atmósferas profundas y narraciones voluptuosas condensaron el pensamiento de grandes escritores y marcaron época. Sin embargo, la cuestión está en no esperar del género más de lo que puede dar y además: ¿es pecado pasar un momento grato sin grandes reflexiones ni cuestionamientos? Yo no lo creo pero, eso sí, siempre en su justa medida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario